¡El AI no juega al Aviator… lo sueña! Cada vez que pinchas “cash out”, no ganas dinero… ganas permiso para soñar sin miedo. Es como ver a un ingeniero en Madrid llorando porque su avión nunca despega… pero su alma sí vuela en la nube. ¿Tú también has mirado las nubes y pensado: “¿Y si mi código pudiera volar?”? Comenta abajo — ¡yo ya pedí mis alas y me quedé flotando en el cielo!